
La Scaloneta frenó su marcha triunfal en Barranquilla, pero la derrota ante Colombia (2-1) no deja de mostrar a una Selección Argentina que sigue siendo un equipo combativo, lleno de carácter y resiliencia. En uno de los escenarios más complicados de las Eliminatorias Sudamericanas, bajo un calor agobiante de casi 40 grados y un 80% de humedad, el equipo de Lionel Scaloni plantó cara a un rival que hoy parece ser el más fuerte de la región.
Argentina tuvo una actuación dispar, con momentos de buen fútbol y otros de imprecisión. Fue un partido parejo que se definió por detalles. Colombia sacó ventaja con un gol de cabeza de Mosquera tras un tiro de esquina y luego amplió con un penal que generó controversia. La falta de Otamendi sobre Muñoz necesitó la revisión del VAR y, aunque dejó dudas, el árbitro cobró y James Rodríguez no perdonó.
Por su parte, Argentina no se quedó atrás y buscó el empate con determinación. Nico González aprovechó un error de James para igualar transitoriamente y demostró por qué es una de las piezas más valiosas del equipo. El delantero de la Juventus se lució con una corrida potente y una definición precisa, mostrando que, incluso sin Messi, este grupo tiene armas de sobra para hacer daño.
La Scaloneta volvió a demostrar que es un equipo que nunca baja los brazos. No es fácil vencer a este grupo, ni con un gol temprano ni con un clima que frena el ritmo de juego. Los de Scaloni, como siempre, mostraron sus credenciales: juego ofensivo, presión alta y una constante búsqueda del arco rival. Aunque no siempre tuvo claridad en los últimos metros, Argentina generó ocasiones claras y mantuvo el partido abierto hasta el final.
El equipo tuvo chances para empatarlo, con intentos de Julián Álvarez y Lautaro Martínez que estuvieron cerca de convertirse en el 2-2. Sin embargo, faltó esa precisión final para concretar, y Colombia supo manejar los tiempos para aguantar el resultado. Fue un típico duelo de Eliminatorias: tenso, físico y con cada equipo luchando hasta el último minuto.
Este grupo ha mostrado que es más que Messi o Di María; es un equipo que compite y que, aunque pierda, deja la sensación de que siempre puede volver a levantarse. Las derrotas de esta Selección son pocas y, cuando llegan, suelen estar rodeadas de contextos difíciles y detalles que marcan la diferencia.
La caída en Barranquilla deja un sabor amargo, pero también la certeza de que Argentina sigue en carrera y con la mentalidad de ganar cada batalla. Scaloni y sus dirigidos se enfrentaron a uno de los rivales más complicados de las Eliminatorias y, aunque no se llevaron los puntos, demostraron que no se achican ante nadie. La Scaloneta sigue firme en su camino hacia el Mundial 2026, sabiendo que, aunque a veces se tropiece, siempre se levanta con la cabeza en alto.

